Queridxs lectores,
Después de vivir un año sumergido en el caos, nos hemos dado cuenta de lo frágil que es nuestra existencia y lo indefensos que somos los seres humanos, a pesar de nuestros intentos por dominar el mundo que habitamos. Hemos compuesto Cápsula 2020 como un artificio para la supervivencia y una forma para repensarnos como seres inherentemente sensibles. Al final del día, el mundo sigue allí y aunque el esquema del tiempo se vuelva cada vez más difuso, nosotros seguiremos buscando las formas de volvernos cada vez más resilientes.
La posibilidad de reconocernos en el otro, es un acto de resistencia.Si algo encontramos mientras recolectábamos las memorias y experiencias incluidas en este número, fue como la crisis potenció nuestra reinvención. En este proceso nos dimos cuenta que en el fondo somos más parecidos de lo que pensamos. La tristeza, desesperación, nostalgia y amor, nos han atravesado las entrañas y nos han hecho dar cuenta de lo vital que son los lazos empáticos para mantenernos a flote. En Cápsula 2020 rescatamos las memorias individuales que han nacido del caos para acogernos entre nosotros y darle sentido a nuestra supervivencia.
Cuando iniciamos esta cápsula, los invitamos a pensar en qué querían dejar si llegaba el fin del mundo. Ahora, después de haber construido este número y a pocos días de terminar un año apocalíptico, reconocemos la necesidad de albergar nuestros propios recuerdos como una forma de trascendencia en los tiempos inciertos. Pensar que nuestra vida se puede acabar en cualquier momento, nos lleva a saber cuál es la historia que queremos contar. Cápsula 2020 es la reivindicación de nuestra existencia en un mundo que no se va a acabar.
En fin, sobrevivimos.
Adriana, Erika y Eduarda.
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