por Marietta Altamirano |
Los lunares de mi rostro son pulgas sedentarias,
sí, son pulgas regordetas,
son una plaga que no se puede erradicar.
*
Me pican, succionan con fuerza mi sangre
y son sangre de mi sangre,
no puedo y aunque pudiera, no las quiero arrancar.
*
“¿Cómo es posible que tengas tantos lunares en la cara?”
“Pareces un dálmata”
Los lunares vuelven mi rostro un algo extraño.
*
Puede que, tal vez, mis lunares sean
la herencia de un bisabuelo
con el que no me pude encontrar.
*
Mi nariz es el único lugar que,
de las pulgas con la que he nacido,
se ha podido resguardar.
*
Las pulgas me pican tanto,
me he rascado constantemente la cara
hasta hacerme doler y sangrar.
*
¡Son parásitos! ¡Microrrobots!
¡De lugar se mueven!
Me hacen alucinar.
*
Mis uñas se clavan en la piel sensible,
las pulgas se mueven a voluntad,
no duermo para poder vigilarlas.
*
Mi rostro se vuelve cada vez más ancho,
las pulgas ganan más terreno
y piel pura para poder poblar.
*
Los lunares de mi rostro son pulgas sedentarias,
el capricho de alguien o algo
que, en mi rostro desnudo, las liberó.
Marietta Altamirano (Babahoyo,2000) estudiante en la Escuela de Literatura de la Universidad de las Artes. Contribuyó en la escritura del libro Puka Rumi (2019). Participó en la primera y segunda edición del “Micro de poesía caníbal” (2018-2019). Ha practicado artes marciales y debido a ello se encuentra interesada en las culturas orientales, además del desarrollo social y político de las mismas. Forma parte del Centro de Escritura Académica y Traducción (CEAT), colaborando con el Club de Escritura Creativa y publicando en la segunda edición de la revista del mismo. Está interesada en relacionar sus textos creativos con performances, artes visuales y sonoras.
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