Maneras de evadir sistemas de reconocimiento facial – Bañomaría.

Imagen por @juanfelipeparedes

por Juan Felipe Paredes|

Bañomaría es un proyecto al que me cuesta atribuirme desde que empecé a mezclar música, hacer playlists y robarme auxiliares en fiestas. En un principio, quería usar una máscara de algún material que me permitiera querer ser tocado. Me gustaba la idea de imitar bacterias, organismos unicelulares, minúsculos e invisibles a simple vista pero que esconden las formas y texturas más fascinantes que cualquier persona podría imaginar. Fui divinxniñx en fiestas, pero eso ya no me gusta. 

Alguien que sigo en Instagram, pero que no conozco (como si viese bacterias en un microscopio y eligiese mi favorita por su apariencia), buscaba, a través de sus historias, sistemas de reconocimiento facial. Recuerdo que me llamó la atención que un migrante que había perdido sus papeles y estaba varado en Barcelona estuviera buscando estos softwares. Semanas después vi su taller de maquillaje antirreconocimiento facial. 

Siempre he querido inhabilitar mi cuerpo de los sentires forzados, quiero extender mis dedos tanto que pueda rascar las paredes que me rodean con las dos manos simultáneamente, borrar mis pezones, sacar mi lengua y que me llegue hasta el ombligo. Estas playlists son un intento de modificar, distorsionar y ocultar mi rostro. Encuentro esa suerte de disfraz en el glitch, los remixes, los nombres que no se pueden googlear, mis amigxs, sus afectos. Esta es una carta de amor a nuestros rasgos inevitables de maquillar, a nuestro constante estado de alerta que disfraza nuestros miedos, a nuestros mecanismos de defensa. 

Maneras de evadir sistemas de reconocimiento facial I – Bañomaría 
Maneras de evadir sistemas de reconocimiento facial II – Bañomaría 

 
Juan Felipe Paredes @juanfelipeparedes (Quito, 1999). Estudiante de Literatura (UArtes). Sus intereses giran en torno a la literatura comparada, la historia y registro del arte contemporáneo, la producción de textos experimentales interdisciplinarios y las actividades editoriales-curatoriales. Ha trabajado desde el 2018, asistiendo al colectivo editorial de no-ficción creativa Recodo.sx en diversos proyectos editoriales de arte contemporáneo, cine y literatura. En el 2019 es seleccionadx residente en la cuarta edición de TrueQué, Naturalezas híbridas. Desde el 2020 desempeña el rol de registrador en la misma residencia.  

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