Pronóstico del mes

por Alina Manotoa |

Foto: Nelson Velásquez @nelson_velasquez4

Creí que al llegar octubre me sentiría vacía, creí que mi mente no sería capaz de alcanzar a entender todo lo que tomaba forma a mi alrededor, creí que me daría un gran golpe contra el concreto y que, al levantarme, en vez de encontrarme con un charco de sangre, me encontraría con uno de realidad. 

Creí que me abrumaría el recuerdo de que octubre fue la última vez que pude sujetar tu mano con total seguridad y pensar que entre nosotros sí había un mañana, creí que no podría enfrentarme a la idea de haber pasado todo un año caminando sin tener un destino claro. 

Creí que estar sola sería más difícil, creí que durante el tiempo que compartí a tu lado te habías encaramado tanto a mí, que mis raíces ya se habían entrelazado con las tuyas y que desprenderme sería dejar morir una parte de mí. 

Creí que no podría caminar muy lejos antes de arrepentirme por decidir marcharme y, aunque tenía la certeza de que antes de que regresara por el mismo camino, me encadenaría al tronco más fuerte con tal de no ceder; sentía miedo de quedarme vacía y tardar meses en recuperar a la persona que era antes de ti. 

Pero, contrario a cualquier pronóstico, mirar hacia octubre no se siente como mirar hacia el vacío, tan solo se genera dentro de mí una sensación de extrañeza que se mezcla con un mal sabor de boca. 

Toda la soledad que creí que auguraba este mes se ha traducido más bien en un recordatorio de mi independencia, de cómo sí puedo caminar sola, de que una parte de mí no murió al desprenderme, tan solo quedó una herida abierta que no tardó en cicatrizar, porque tu partida sumó más de lo que restó. 

Y de todo lo que se encierra en 31 días, irónicamente, solo puedo pensar que octubre fue el último mes en el que me sentí segura de ti. El último instante en el que creí que todo podría sanar, que el camino aún no estaba roto, que podíamos seguir caminando sobre él, a pesar de que llevaba tiempo destruyéndose frente a nosotros y, aunque no fue en octubre cuando decidí alejarme de ti, fue el último momento en el que tuvo sentido seguir a tu lado. 

He llegado al décimo mes de este año completa, mucho más completa de lo que me sentía a tu lado y llegar aquí, contrario a lo que creía, no me hizo sentir vacía, me hizo sentir a salvo de aquel camino con espinas sobre el que neciamente estaba caminando, me hizo sentir nuevamente dueña de mi piel.

Alina Manotoa Cruz @alinamanotoa (Guayaquil, 1999). Aspirante a artista, escritora en proceso, bailarina y estudiante de Literatura en la Universidad de las Artes.

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