La figura de los ángeles

Sandy Mel Vallejo

melii.vs@gmail.com

El firmamento transcribe en sus adoquines la figura de sus ángeles. Nacer, crecer y morir. En una ciudad donde los lingotes le pesan a dios en cada bolsillo. Nacer, crecer y morir. En una ciudad cuya grandeza es evocada por las remembranzas de su nombre.

Fotografía por Miguel Trujillo

El descenso eterno: fosa común donde los mártires sepultan el sufrimiento. La desesperanza flota en el semblante del estero —pintoresco paisaje adormecido— de una ciudad que cultiva cadáveres en las siluetas de sus monumentos.

Fotografía por Miguel Trujillo

Desde la burbuja en la que coexistimos, se enraíza el ausente. Nos fractura, sobre límpidas sábanas y tomando té caliente, el hedor que ventilan las conciencias en descomposición. Desde este búnker de sangre soy un ser errante que no comprende:

la ceguera,

el silencio,

el susurro,

la miseria.

«El virus reposa en el aire», se escucha decir: el virus es un huésped senil / en una ciudad que despide a sus hijos, sin el adiós de la mirada.

Fotografía por Miguel Trujillo

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