Ser el avión y no tener dónde volver

Noelia Mantilla |

Pedro Bonfim pone en evidencia, a través de su música, el impacto de la migración en la constitución de su identidad. Para esta entrevista prescindimos de las cursivas en ciertas expresiones por considerarlas propias de la oralidad quiteña. Ergo, legítimas.

N: ¿Crees quetu identidad se alteró al venir a Guayaquil?

P: Full, ahora odio ser quiteño. Sí ha cambiado mi identidad porque creo que es fullimportante para un capitalino encontrarse con esto, con ‘la otra capital’.

N: ¿Por qué?

P: He llegado a conclusiones locas que no tienen ningún sentido pero que me encantan. Una de ellas es que los quiteños creemos que todo Ecuador debería estar centrado en Quito. Pero Guayaquil ya funciona independientemente y eso genera un choque. Ahorita que voy a volver tengo que reconciliarme con la capital. Lo único que sí quiero es verle al Pichincha todos los días. Es lo único bueno que se mantiene estático. No voy a extrañar el río Guayas, pero sí los edificios. Cuando vivía en Quito no apreciaba los volcanes, y siento que aquí la gente no aprecia la ciudad como el caos que es.

N: A propósito de ‘posi’ que usas enPócima, ¿qué sientes por la jerga guayaca?

P: Siempre estuve medio enamorado, porque el primer amigo que tuve aquí, el que me enseñó cómo moverme en la ciudad, es un man guayaquísimo. Cuando yo digo ‘posi’ en esa canción es porque me gusta ese juego con ‘pócima’, pero también era una especie de tributo a este man. Una vez un amigo quiteño me dijo: “Wow, ¡hablas como guayaco!”. Ahora palabras como ‘ficha’ o ‘visaje’ me parecen normales.

N: ¿Cómo va a ser ahora cuando regreses?

P: Me da la sensación de que ya no soy de Quito; tampoco de Guayaquil. Es como si no tuviera dónde volver. Es bacán, en realidad, porque también me hace ser parte de ambos lugares. Siento que aquí también estoy dejando algo.

N: ¿Cómo estos cambios han afectado tu proceso creativo?

P: Era mucho más difícil componer con la banda. Eso volvió todo más íntimo porque hacía las canciones solo. El cielo salió justo en la transición de venir a Guayaquil. La manera de hablar de la ciudad en ese primer disco era básicamente ‘hace calor’. Pero Tristes trópicos sí fue, más o menos, como aceptar que me había ido y vivir de verdad Guayaquil. Ya dejar que se filtre todo.

N: ¿Qué cosas de la ciudad te impactaron lo suficiente como para ponerlas en tus canciones?

P: A los dos o tres días de llegar a Guayaquil hice una canción sobre una rata. Recuerdo clarito que me asomé a la ventana de noche y la vi. También me acuerdo de que me impactó fullel ruido. Quito es bullicioso, pero esto ya es absurdo. Además, aquí había construcciones, gente, carros, niños, malecones, todo. Era como si alguien me gritara todo el tiempo a dos centímetros de la cara. De una exploré eso, no tan consciente como ‘Guayaquil’ sino como ‘el ruido’ o ‘esta rata que vi’, o cosas así. No del modo en que me interesa la ciudad, eso fue de a poco. Síndrome de Estocolmo.

N: Antes de venir a Guayaquil, ¿qué esperabas encontrar?

Estaba esperando una cosa que pronto vi que no tenía sentido: una Bauhaus ecuatoriana-latinoamericana donde todos sean súper y tengan novelas escritas. Crecí bastante en la universidad académicamente, pero sobre todo afuera, viviendo la ciudad. Conocí full gente joven de otras ciudades, y esa es la diferencia fundamental: sentir que no tengo la última palabra por ser de la capital. Más bien soy gil porque no tengo esa noción de lo que es Ecuador. Creo que eso es lo que más me ha nutrido, esa gente que vivió la ciudad conmigo y sin pretensiones.

Pedro Bonfim (o Peter Goodend), es vocalista de Lolabum. Graduado recientemente como Licenciado en Literatura con mención en Escritura y Artes en la UArtes.

Imagen creada por Niza Ochoa.

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