Pensar en qué podría legar si se acabara el mundo me ha dejado haciéndolo por horas, al cabo de las que no he podido hallar respuesta que pudiera responder la pregunta. Por ende, siento que, si el mundo se acabara, no valdría la pena dejar nada en lo absoluto: no habría nadie allí para contemplarlo.
Muy lejos del paisaje postapocalíptico que desarrolla este cuestionamiento, hallo triste saber que, incluso, si el mundo no se acabara, habría individuos que seguirán sin apreciar creaciones que no toman más de un minuto de sus vidas.
El siguiente tríptico audiovisual recopila sensaciones y momentos con los que nos podemos relacionar en torno a la idea de la pandemia, en el que extrapolo la bidimensionalidad de una imagen a una obra donde los sentidos juegan un papel importante.
*Usar auriculares para los videos*
Onanismo
TID
Sin título
Frankz Ramón @FrankzRS Fotógrafo experimental, ilustrador, estudiante de Artes Plásticas y actor en la compañía de teatro de la Universidad Técnica Particular de Loja. Participó en la exposición fotográfica inversiva The Museum Pathernon, y ha participado —como fotógrafo, ilustrador o escritor— en publicaciones como Una celda en Excel con vista al mar (2018) o el fotozine Limerencia (2019)
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