Ningún animal fue lastimado en la realización de este artículo

Ilustración Christian Duran

Luis Medina Bermello


Con frecuencia vemos en las películas la leyenda “Ningún animal fue lastimado en la realización de esta película”, frase que se supone garantiza que los animales que aparecen en pantalla no sufrieron ningún tipo de daño y que fueron tratados éticamente, pero la realidad puede ser muy distinta.

La historia del cine está plagada de casos de maltrato animal, desde la infame filmación de un elefante siendo electrocutado por Edison en una movida propagandística para demostrar los peligros de la corriente alterna promovida por Tesla[1], pasando por la masacre de 100 caballos durante la filmación de Ben Hur[2], hasta casos más recientes como el del tigre de Life of Pi al que casi ahogan[3]. La explotación de los animales dentro de la industria del entretenimiento es un problema que aún persiste, a pesar de varios esfuerzos y campañas promovidas para erradicar el maltrato y abuso de animales.

Uno de los primeros intentos de regular el uso de animales en las producciones cinematográficas data de 1939, cuando por primera vez se invitó a la American Humane Association (AHA) para que supervisara un rodaje[4], bajo encargo de la Administración de Códigos de Producción (más conocida en ese entonces como la Oficina Hays[5]), a raíz de que durante el rodaje del western Jesse James (1939)[6] un caballo fue empujado desde una plataforma inclinada que se abría sobre un barranco, con el objetivo de capturar el momento en el que el animal se desplomara sobre el suelo. Sin embargo, la organización no tendría una presencia notable hasta 1980 con el escándalo de Heaven’s Gate (1980)[7] y sus documentados abusos, que incluían explotar caballos, desangrar vacas y una larga lista de atrocidades; a partir de ese momento se volvió obligatorio para las producciones cinematográficas contar con el sello de aprobación de la AHA antes de llegar a las grandes salas.

Fue entonces que la muy conocida frase «Ningún animal resultó herido en el rodaje de esta película» comenzó a aparecer en los créditos de las grandes producciones, para tranquilizar la conciencia del espectador y el bolsillo de los auspiciantes. Lastimosamente, los métodos utilizados para otorgar dicha certificación nunca fueron transparentes, puesto que la organización es una empresa privada que no responde a instancias de fiscalización más severas, y al ser una ONG se evitan el escrutinio que otros organismos tienen sobre sus operaciones, sumado al hecho de que su influencia en Hollywood es tan grande que han limitado el accionar de otras organizaciones y grupos de activistas pro-derechos de los animales.


[1] Daly, Michael. Topsy: The Startling Story of the Crooked-Tailed Elephant, PT Barnum, and the American Wizard, Thomas Edison. Open Road+ Grove/Atlantic, 2013.

[2] White, Courtney E. «» The Utmost Care, Kindness, and Consideration»: The MPPDA versus Allegations of Animal Abuse, 1923–1925.» Cinema Journal 55, no. 4 (2016): 108-129.

[3] Ben Child. «Life of Pi Tiger Nearly Drowned on Set, Report Alleges.» The Guardian, noviembre 27, 2013. Accedido April 16, 2019. https://www.theguardian.com/film/2013/nov/27/life-of-pi-tiger-nearly-drowned-report-animals-hollywood.

[4] Unti, B. (2004). Protecting all animals: A fifty-year history of The Humane Society of the United States. Humane Society Press.

[5] Cuéllar, C. A. (2000). EL CINE: UNA REVISIÓN DIDÁCTICA Y LA CENSURA. Archivos de la Filmoteca, (34), 160-162.

[6] Jesse James. Dirigido por Henry King. USA: Fox, 1939.

[7] Bach, Steven. Final cut: Dreams and disaster in the making of Heaven’s Gate. William Morrow & Co, 1985.

Pero a pesar de sus intentos de ocultación, varios casos han salido a la luz. La investigación más completa sobre las operaciones negligentes de la AHA fue realizada por The Hollywood Reporter en 2013[1], evidenciando las limitaciones de la etiqueta otorgada por esta organización, y cómo las reglas de acceso del certificado dejaban mucho margen para ocultar abusos. En primera instancia, según la organización, solo se cuenta si el daño es sufrido dentro del set y durante el rodaje, por lo que cualquier daño sufrido por los animales durante el transporte, almacenamiento o durante la post-producción de la película, queda sin reportar. Un caso notable fue el maltrato que sufrieron al menos 27 animales, los cuales murieron por deshidratación, agotamiento y ahogamiento durante el rodaje de El Hobbit (2012)[2]. John Smythe, el entrenador, denunció la muerte de estos animales ante la AHA, sin embargo, la asociación se negó a realizar una investigación aludiendo una supuesta falta de pruebas. Cuando Smythe declaró que tenía como prueba los cadáveres de los animales ya que él mismo los había enterrado, la asociación alegó que el suceso había ocurrido durante un paro del rodaje, y que por lo tanto no incumplía con sus normas, ya que ningún animal había sido perjudicado durante el rodaje, y la producción recibió la etiqueta de todas formas.

Tal vez suene paradójico que la AHA se dedique a encubrir los casos de abuso, pero todo empieza a tomar sentido cuando se toma en consideración que la principal fuente de ingresos económicos de la organización es la misma industria que se supone debe monitorear. Según la propia organización su objetivo no es proteger a los animales, sino, más bien, colaborar con las producciones, al punto que llegan a retirar a los entrenadores que lleguen a quejarse de los maltratos, además de que consideran a los activistas que defienden los derechos de los animales agentes problemáticos.

Hollywood es uno de los centros de producción cinematográfica más grande del mundo, mueve cantidades exorbitantes de dinero, por lo que hay muchos intereses en juego, y si a las grandes productoras no les importa encubrir casos de abusos a actores y actrices humanas[3], mucho menos les preocupará encubrir los casos de abusos a animales.

En el caso de Latinoamérica, con industrias cinematográficas más pequeñas, la falta de regulación es un problema latente, al abundar las producciones independientes es mucho más difícil monitorear el trato que se le da a los animales durante los rodajes, por lo que es incluso imposible hablar de estadísticas verificables. Si bien existen grandes avances en las leyes de protección animal en la última década[4], aún falta mucho para erradicar el maltrato animal de la industria del entretenimiento.


[1] Gary Baum. «Animals Were Harmed.» Hollywood Reporter, Noviembre 25, 2013. Accedido April 16, 2019. https://www.hollywoodreporter.com/news/animals-were-harmed-hollywood-reporter-investigation-on-set-injury-death-cover-ups-659556.

[2] Associated Press. «Wranglers: ‘The Hobbit’ Production Responsible for Up to 27 Animal Deaths.» Hollywood Reporter, noviembre 19, 2012. Accedido abril 16, 2019. https://www.hollywoodreporter.com/news/hobbit-animal-deaths-wranglers-blame-392010.

[3] Alonso, Lidia Guardiola. «La decadencia de Hollywood: cuando el imperio del abuso sexual arrasa sobre el de los derechos de la mujer.» Su realización ha sido posible gracias a los medios aportados por el proyecto de la Comunidad de Madrid PEJD-2016-HUM-3097. (2018): 131.

[4] «Latinoamérica, Líder En Leyes De Protección De Mascotas Y Animales.» Infobae, septiembre 7, 2017. Accedido abril 16, 2019. https://www.infobae.com/tendencias/mascotas/2017/09/07/latinoamerica-lider-en-leyes-de-proteccion-de-mascotas-y-animales/.

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